SENDEROS SIN BARRERAS es un proyecto que nace desde la justicia social, el amor y desde una perspectiva humana donde se busca la igualdad de oportunidades para todas las personas. Solidaridad es más que la definición descrita por la RAE, una “adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”.
En estos años, tras participar en muchas rutas con Joëlette, he visto cómo las personas se acercan y quieren ayudar a tirar de las sillas, despertándose un sentimiento colaborativo. Y he descubierto, de este modo, al verdadero ser humano.
“Hola, tengo 41 años y una minusvalía física que me obliga al uso de silla de ruedas. Creía que muchas de las cosas que me había planteado hacer, como el conocer mi isla, ya tenía que darlas por imposibles en mi situación. Pero al encontrar esta página me dí cuenta de que aún es posible cumplir algunos de mis sueños.¿Qué tengo que hacer para poder (siendo vosotros mis piernas) acompañaros en vuestras rutas? Me gustaría tanto ir al Nublo. Saludos”.
(Pasajera de Joëlette)
Después de recibir este mensaje, nos dimos cuenta de la importancia del proyecto y de lo que estábamos haciendo. Por ello sólo pensamos en mejorar cada día, para ofrecer la oportunidad a todas las personas con movilidad reducida de cumplir sus sueños.